Nuestros Principios
I. Fidelidad total a la Santa Iglesia Católica
Dentro del movimiento DIEC estamos conscientes de la importancia que tiene mantenerse en total unidad con la Iglesia. Reconocemos su papel como Maestra y Madre nuestra, y por lo tanto buscamos que todos aquéllos que se han comprometido a trabajar en este apostolado, se mantengan constantemente informados sobre el actual Magisterio y Voz eclesial, que sean defensores de la Doctrina de la Iglesia y la transmitan a los demás buscando siempre la ortodoxia con ayuda de la gracia.
II. Búsqueda de nuevos métodos formativos
Creemos que es necesario responder a los signos de los tiempos. Por ello, el equipo DIEC constantemente se esfuerza en buscar innovadoras alternativas para transmitir la riqueza de la espiritualidad y doctrina católica a los hijos de Dios que han sido confiados por Él a nuestro apostolado.
Ésta es la proyección del dinamismo del Espíritu Santo, que suscita nuevos carismas y corrientes en la Iglesia, ayudando así a que la Palabra de Cristo toque los corazones de los hombres y mujeres de todos los tiempos.
III. Valoración de la perseverancia apostólica
Partiendo de la premisa de que la última y más grande instrucción de Nuestro Señor fue: “Vayan por todo el mundo…”, creemos que el apostolado es una misión constante para los hijos de Dios. Es el llamado que todo bautizado debe escuchar al progresar en su cercanía con el Señor. “La vocación cristiana, por su misma naturaleza, es vocación también al apostolado.” (Apostolicam actuositatem, 2, CVII)
Los integrantes del movimiento DIEC buscan la perseverancia en el apostolado, creando nuevas formas de acción que respondan a las necesidades de su posición en el tiempo y el espacio.