Teología del Cuerpo: La Nueva Evangelización que Necesitamos
Teología
del cuerpo, palabras que cada vez resuenan más y más en redes sociales, en retiros,
en podcast, pero qué es y por qué lo necesitamos ahora más que nunca.
Técnicamente hablando es una serie de 129 catequesis que el papa San Juan Pablo
II daba todos los miércoles de 1979 a 1984. Este fue el mayor proyecto de
enseñanza de su pontificado en donde nos permitió conocer su visión sobre el
ser humano. Podemos llegar a pensar que la teología del cuerpo es una lista de
reglas sobre cómo vivir nuestra sexualidad, el “Qué sí se puede hacer” y “Qué no”, pero la realidad es que es mucho más que eso.
La
Teología del Cuerpo es para todas las personas, ya que nos guía a poder
descubrir quiénes somos y cómo podemos ser felices. Podemos decir que el mundo está
desesperado por encontrar su identidad. Lo vemos con todos los movimientos que
hay; una ideología nueva cada día, un mundo en donde la libertad es lo mismo
que el libertinaje, y cualquier persona que te diga lo contrario sólo busca
reprimirte. Si continuamos viviendo de esta manera nunca podremos encontrar
nuestra identidad, ya que la estamos buscando alejados de nuestro creador y
alejados de la disciplina que es lo que nos conduce a la libertad, y justamente
la teología del cuerpo viene a ayudarnos a encontrar nuestra identidad, viene a
enseñarnos que hay una manera ordenada de vivir nuestra sexualidad sin
necesidad de reprimir sino redimir, a enseñarnos el significado esponsalicio del
cuerpo, es decir que fuimos creados para donarnos a los demás.
La
religión católica es una religión “encarnada”. Todo inicia como el nombre lo
dice, con la encarnación de Jesús, el Verbo hecho carne. Jesús con su encarnación
hace al cuerpo no sólo biológico, pero también teológico. Nos deja encontrarlo
a través de nuestro cuerpo, y esto puede sonar como un escándalo, pero en
realidad lo vemos hasta con los mismos Sacramentos. Cualquiera de estos se
manifiesta a través del cuerpo; el agua del bautismo que es impuesta en la cabeza, el aceite de la
confirmación y la unción de los enfermos impuesta en la frente, la confesión que es contar nuestros
pecados a otra persona de manera presencial, la imposición de las manos en la
ordenación sacerdotal, la unión de una sola carne de los esposos, y comer y
beber el cuerpo y la sangre de Cristo en la Eucaristía para poder unirnos a su
cuerpo místico. Somos una religión “encarnada.”
Pero
¿Por qué no vivimos de esa manera? Uno de los muchos beneficios que la teología
del cuerpo trae a tu vida es que te ayuda a unir cuerpo y alma. Por mucho
tiempo vivimos en un enfoque de maniqueísmo, en donde el cuerpo era considerado
malo y tener relaciones sexuales era un mal necesario para tener hijos, y el
mundo se cansó de esto. Es por eso por lo que ahora estamos en un enfoque
hedonista en donde el cuerpo es lo único que importa, obtener placer de él y
hacer lo que quiera con este, sin embargo dejamos a un lado el alma. El demonio quiere
que vivamos en estos 2 enfoques, quiere que vivamos en una cultura de la muerte
en la cual cuerpo y alma están peleados, puesto que la teología del cuerpo nos
ayuda a llegar a ser lo que Dios pensó para nosotros desde el principio, y como
dijo Santa Catalina de Siena: “Si somos lo que debemos de ser prenderemos
fuego al mundo entero”, y eso es lo último que quiere el demonio. Las
enseñanzas de San Juan Pablo II nos guían hacia una vida en plenitud en donde seremos
capaces de reconocer que el cuerpo hace visible lo invisible, es decir, es un
signo de Dios, y donde cuidemos de nuestra alma y de nuestra vida espiritual sin deslindarla del cuerpo.
Christopher
West menciona en su libro “Theology of the Body for Beginners” (2004) “Si
quieren saber qué es lo más sagrado miren qué es lo más profanado”. Sin duda
alguna esto es el cuerpo con las ideologías y movimientos que mencionaba en un
principio, pero no sólo el cuerpo físico sino también el cuerpo de Cristo. La
Iglesia con todos sus sacramentos está bajo un severo ataque ahora más que
nunca, y estoy convencida de que es porque las personas tienen hambre, no tanto
de respuestas sino de acciones. El mundo anhela y necesita ver la manifestación
de Dios y es nuestro deber darlo a conocer. Hace unos días celebramos el Jueves
Santo en donde Jesús nos deja 3 regalos: El Sacerdocio, la Eucaristía y el
mandamiento del amor. Estamos llamados a amar como Dios nos ama y eso está
inscrito en nuestros cuerpos como varón y mujer.
Necesitamos urgentemente de la teología del cuerpo, para que además de llevarla a otros, podamos llegar a ser una mejor versión de nosotros mismos integrando el cuerpo y alma.
Aquí te invito a reflexionar: ¿alguna vez haz sentido un
vacío dentro de ti?, ¿un hambre por un amor infinito? o te has preguntado ¿cuál
es el sentido de tu vida? Lo más probable es que sí, y esto es porque fuimos
creados para lo infinito, para amar y ser amados eternamente. Si quieres ir
saciando esa sed te invito a vivir las enseñanzas de la teología del cuerpo.
Para ayudarte te dejo unos recursos que en lo personal me han servido bastante:
- Libro: Theology of the Body for Beginners – Christopher West
- Libro: Buena Nueva Sobre Sexo y Matrimonio – Christopher West.
- Libro: Hacer el Amor con Amor – Hermano Godínez.
- Libro: Deus Caritas Est – Benedicto XVI
- Libro: Humanae Vitae – Pablo VI
- Libro: Amor y Responsabilidad – Karol Wojtyla
- Podcast: AMAR ASY
- Podcast: Ask Christopher West
- Podcast: Lust Is Boring - Jason Evert
- YouTube: Rebeca Barba - Explicación de todas las catequesis de San Juan Pablo II
- Curso: Theology of the body institute – Tendrán un curso GRATIS el 30 abril al 2 de mayo, una excelente oportunidad para conocer más sobre el tema.