Octubre puede ser el mejor mes de tu vida
Es una realidad que el mundo en la actualidad sufre, está herido, experimenta dolor por tanto pecado, enfermedad y muerte, pareciera un “valle de lágrimas”. En estos tiempos en los que como humanidad sentimos angustia, dolor e inseguridad está también en nosotros este impulso por buscar seguridad, consuelo, armonía.
Como un niño pequeño que estando jugando en el parque y corre, se cae y lastima y llorando va corriendo hacia donde está su mamá, así también nosotros como humanidad necesitamos urgentemente ir hacia nuestra Madre, porque en ella, en su corazón maternal, encontraremos este refugio donde descansar, consuelo y confianza de seguir andando. Sin embargo, aquí no está solo el niño yendo hacia la madre sino que en realidad la mamá todo el tiempo lo estuvo observando y sabe bien cuando se cayó y lastimó e inmediatamente se dirige a su encuentro apenas el niño se esté levantando. Así también es María con nosotros. Es tanto su amor por toda la humanidad y por cada uno de sus hijos, en particular, que ella en cuanto ve nuestra necesidad acude a socorrernos antes de que le pidamos ayuda. Como dice San Alfonso María de Ligorio “María sale al encuentro de los que a ella recurren para hacerse encontradiza antes de que la busquen.”
Tal vez no siempre estamos conscientes de esto, tal vez ni siquiera nos dirigimos a María en oración o sólo muy de vez en cuando la saludamos, pero en realidad ella siempre ha deseado la salvación de todos y cada uno, y cooperó y sigue cooperando en esto, y es lógico pensar que ella está siempre pendiente de nosotros y atenta para servir, para dar gracias, favores y misericordia a quien a ella acuda. E incluso si no acudimos a ella o nos tardamos en voltear a verla, ella ya está pidiendo por nosotros a su hijo Jesús, que la ama tanto que no puede negarle nada de lo que ella le pida. María es omnipotente por gracia porque cuanto pide alcanza. Y ella desea para nosotros bienes muchísimo mayores de los que nosotros mismos podemos pensar y desea darnos estos bienes y gracias aún más de lo que nosotros queremos recibirlas.
Pensar en esto a mí me hace rebozar el corazón porque en verdad es dulcísimo su corazón que sólo sabe amar y lo hace muy bien! Y me da mucha confianza de estar segura que en verdad en ella podemos encontrar este consuelo, refugio y armonía que estamos buscando. No por nada la llamamos Consoladora de los afligidos, Refugio de los pecadores, Madre de misericordia, Causa de nuestra alegría… En estos momentos de la vida, necesitamos voltear a ver a María porque ella nos quiere dirigir hacia la Vida, que es Jesús. Si nos sentimos débiles o incluso un poco muertos por dentro, hallaremos esta vida en María y en Jesús.
De hecho también dice San Alfonso María de Ligorio que llamamos a María nuestra vida, porque en ella hallamos la gracia (porque nos alcanza la misericordia y la gracia perdida), y la gracia da vida al alma, la cual da vida al cuerpo.
El día de hoy vengo a hacerte una invitación o propuesta. El mes de octubre es celebrado por la Iglesia como el mes del Rosario y creo que es la oportunidad perfecta para profundizar nuestra relación con María a través del rezo diario del Rosario, para encender esta devoción a María que tanto bien nos hace. Además, es necesario que intercedamos también por nuestros hermanos, los que más sufren, los más necesitados, por la Iglesia y ¿qué mejor intercesora que María misma? Estoy muy segura de que esto puede traer muchas gracias a nuestra vida porque María no va a limitar su generosidad.
Dice San Alfonso María de Ligorio sobre el rezo diario del Rosario que “Si saludas con perseverancia a las Santísima Virgen con el santo Rosario, tienes con ello un indicio sumamente grande de que vas a conseguir la eterna salvación”. Y yo pienso que no es sólo que María será nuestra Puerta al Cielo, sino que desde ahorita en vida terrenal, ella nos ayudará a santificarnos para poder alcanzar la Vida eterna.
Entonces no importa cómo esté tu vida de oración, tus debilidades o cuáles sean tus necesidades actualmente, mucho provecho puedes obtener de rezar el rosario diariamente durante todo este mes: acercarte al corazón de María para conocerla más y conocer más a Jesús a través de sus ojos, fortalecer virtudes como la constancia, perseverancia y paciencia, ayudarte a vencer algún pecado y tentaciones, resolución de algún problema que tengas, obtención de la vida eterna y muchas otras gracias que María ya sabe que te quiere dar.
Es cuestión de disposición y de estar abierto a sorprenderte, dejar que María se haga presente en tu vida y verás cambios en tu persona y gracias que antes no notabas. En mi experiencia, la vida con María es mejor. No significa que no haya dificultades ni problemas pero sí en cada día este ese toque suyo que da alegría, paz, dulzura y nos ayuda a pasar todas estas cosas con más esperanza.
Estoy convencida de que todos necesitamos más de María. Y más estoy convencida de que su deseo por que nos dejemos amar por ella es muchísimo mayor. Así que hoy, hermano, corre hacia tu Madre que está ahí con brazos abiertos, anímate a saludar a María cada día de este mes que comienza con el rezo del Rosario y este puede ser el mejor mes de tu vida. Y una segunda recomendación, únete con un amigo o todos los que quieras para rezar juntos, esto también es una gran bendición, poder orar con tus amigos y además puede ayudar a cumplir con el compromiso porque entre los dos se apoyan. Y recuerda que siempre se puede volver a empezar, no te canses de perseverar! "La paciencia todo lo alcanza".
Para terminar, te recomiendo también un libro que se llama “Las Glorias de María” de San Alfonso María de Ligorio, de ahí tomé muchas reflexiones de este blog jajaja y te dejo una pequeña oración:
“Dame, Señor, lo que para mí pide la Virgen María”.
Bendiciones hermanos, ¡que tengan un bonito mes de octubre de la mano de María!