Éxodo: El Camino Hacia un Amor en Libertad
Hay
una frase de San Juan Pablo II que dice: “La libertad encuentra su sentido en
el amor.” Que frase tan hermosa pero difícil de llevar a cabo ya que, si te pones
a pensar, ¿Cuántas veces verdaderamente la vives?, ¿Amas y vives de manera
libre o hay algo que te esclaviza? Para poder vivir en libertad primero debes
de conocer quién eres, cuáles son tus heridas y deseos y saber firmemente que fuiste
creado a imagen y semejanza de Dios, por consiguiente estas llamado a
vivir como tal. El camino a la libertad no es sencillo, está lleno de
disciplina, desprendimiento y autoconocimiento, entre otras cosas, así como el
pueblo de Israel tú también debes de pasar por un Éxodo para vivir ese amor en
libertad.
Utiliza
este momento para reflexionar sobre qué tan libre es tu vida, tu manera de amar
y entregarte a los demás. Para esto tomaremos de base el libro del Éxodo y
todos los signos que lo acompañan. Iniciemos hablando un poco sobre que es el
Éxodo, es un libro de la Biblia del antiguo testamento que cuentan la liberación
del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto. Tal vez recuerdes a Moisés,
las 10 plagas, la terquedad del faraón, pero puede que te estés preguntando ¿Esto
como aplica a mi vida si fue hace más de 2000 años?
Aplica
porque, así como el pueblo de Israel nosotros también estamos sometidos a la
esclavitud, la forma es diferente pero la esencia es la misma. La razón por la
cual Dios quería liberar a Su pueblo era para que le sirviese y adorase, pero
los israelitas al estar inmersos en la cultura egipcia por más de 400 años
habían adoptado la cultura de estos, sus dioses, sus formas de adorar, gran
parte de ellos se había olvidado de Dios ya que creían que los había abandonado.
Nosotros no estamos sometidos bajo la cultura egipcia, pero sí bajo pecados o
heridas que no nos permiten entregarnos a los demás en libertad, por
ende no nos permiten amar y servir a Dios plenamente. Tómate un momento
para ponerte en oración y pídele al Espíritu Santo que ilumine tu corazón y te
permita ver que parte de ti necesita esta libertad que viene de Dios.
Comencemos
hablando de las 10 plagas, las medidas que toma Dios para asegurarse que Su
pueblo sea liberado de la esclavitud. Puede que las plagas lleguen a parecer un
poco extremas, en especial la última, la muerte del primogénito, pero llevando
esto a nuestra vida cada plaga es una acción que debemos de tomar para poder
liberarnos de una herida, de una adicción, un pecado, éstas pueden ser hablarlo
con alguien, yendo al psicólogo u otras cosas. Y la muerte del primogénito, la
plaga más difícil de procesar es la acción final que hay que tomar para ser
libres, usualmente es una acción compleja ya que nos llama a morir a nosotros
mismo, pero últimamente nos conduce a la libertad que da vida a los demás.
Ahora
el faraón, el hombre que mantenía al pueblo de Dios en esclavitud y por más
plagas que hubiese no los quería dejar en libertad. Cuando escuchamos esto lo
primero que podemos pensar es “Qué hombre tan terco, cómo no ve el poder de
Dios y los deja en libertad.” Pero ¿Cuántas veces no hemos sido nosotros
nuestro propio faraón? Nos ponemos en situaciones que nos previenen de entablar
intimidad con Dios, ya sea el trabajo, la escuela o hasta el mismo apostolado, y
así como el faraón endurecemos nuestro corazón a la voz de nuestro Creador y se
vuelve casi imposible escucharlo. En Éxodo 8, 5-6 encontramos un pasaje muy
interesante, durante la plaga de las ranas Moisés va con el faraón para
preguntarle cuando quiere que las retire y el responde “Mañana.” Tómate
un momento para reflexionar si ¿Alguna vez has tenido algo que daña tu relación
con Dios, pero por comodidad o porque sabes que liberarte de ello va a doler
prefieres no hacerlo?
Podríamos hablar sobre esto por horas,
pero por el momento quédate con estas ideas y lo más importante de todo esto es
saber que no estás solo en este camino, Jesús te guía y acompaña en cada paso,
no tengas miedo de dejarlo entrar a tu corazón, a esa parte que sabes que tanto
necesita de Él, pero por alguna razón te da miedo mostrársela, hazlo. Jesús ya
gano la batalla con su Resurrección y con su Cruz nos redime y nos llama a
levantarnos de las tinieblas, de las cadenas de la esclavitud y seguirlo con
nuestra cruz. Síguelo y confía en El en este camino que tiene para ti para
vivir un amor en libertad, y siempre ten la certeza de que «El Señor combatirá por ustedes, sin que ustedes tengan que preocuparse
por nada.» Éxodo 14, 14.